“La sociedad que separa a sus intelectuales de sus guerreros, hará que cobardes tomen las decisiones y tontos luchen las guerras” – Tucídides
El buen Tucídides, acá, le pegó en el ángulo. Hoy en día, todo el mundo te dice que cultivar y cuidar tu mente es clave: estudiar, meditar, leer, etc. Y sí, estoy de acuerdo, es fundamental. Pero, para mí, eso es solo el cincuenta por ciento de la ecuación. La otra mitad tiene que ver con el cuidado del cuerpo, con mantener una buena salud física. No solo hay que actualizar el “software” (la mente), sino que también hay que mantener el “hardware” (el cuerpo) limpio y aceitado para que la máquina funcione al cien por cien.
Entrenamiento con Anillas Olímpicas
Acá va el verdadero “los dueños del gimnasio no quieren que sepas esto”. Si sos como yo, básicamente un ermitaño que no quiere salir de casa pero aún así quiere mantenerse en forma, creo que no hay mejor opción que las anillas olímpicas. Son una herramienta espectacular para armar tu propio gimnasio en casa, especialmente si no tenés mucho presupuesto. Con las anillas podés ejercitar prácticamente todo el tren superior del cuerpo, levantando tu propio peso corporal total o parcialmente.
Si sos de los que, como yo, no quieren salir de casa, no quieren ir al gimnasio y mucho menos pagar una membresía, te recomiendo al cien por cien las anillas olímpicas. En YouTube hay un montón de información sobre cómo empezar a usarlas y qué ejercicios podés hacer. Quizá algún día suba acá en el blog algunos ejercicios y recomendaciones, pero por ahora, te tiro la data: las anillas son una excelente inversión para tu salud física sin tener que moverte de tu cueva.